El paraíso lo prefiero por el clima; el
infierno por la compañía.
Desde que estaba en la
escuela primaria, (hace más de 4 décadas), ya se hablaba del impacto de
la actividad humana en el ambiente. Recuerdo que la gente grande de ese
entonces no creía que estuviésemos afectando el entorno, pero nosotros
los chicos ya pensábamos que eso no era tan cierto. Mencionaré dos
ejemplos:
A mediados de la década de 1960, durante un viaje a Chignahuapan, Puebla, con los
papás de unos amigos míos, nos detuvimos para estirar las piernas en un
paraje que parecía pristino: árboles grandes y un riachuelo justo a la
orilla de la carretera. Cuando nos acercamos al lugar pudimos notar que,
contrario a lo que habíamos pensado, el lugar no era pristino: el río
olía feo, su agua parecía de color negro, y en las piedras se rebotaba
la corriente soltando espuma blanca... mucha espuma blanca. Eso me
impresionó y así lo comenté con todos, pero el papá de mis amigos nos
dijo con mucha seguridad algo así como "Esta agua, antes de llegar al
mar, estará completamente limpia y pura; la naturaleza se encarga de
limpiar lo que hacemos". Ya que no mencionó cómo es que la "naturaleza"
limpiaba tanta mengambrea, me quedé con la duda y no le creí a piés
juntillas.
Por esas épocas, en la Cd. de México, era común hacer fogatas el
día último del año, y el combustible predilecto eran llantas viejas.
Nadie parecía preocuparse, ni siquiera su seguro servidor, hasta que una
mañana del 1 de enero me revisé la nariz, y me encontré con alarma que
mi mucosidad tenía un color definitivamente negro. No había una
conciencia clara del daño que causábamos.
Las cosas cambiaron y la gente se volvió más conciente y educada.
Incluso se prohibieron las prácticas de quema de llantas y otras
sustancias al aire libre. Terminamos de crecer con una mejor actitud
hacia el ambiente, lo cual fue transmitido a mis hijos. Actualmente, por
desgracia, aún hay gente insconsciente; pero son los menos.
Sin embargo, parece que con esto del Cambio Climático, se ha dado
un movimiento que me parece retrógrada y que se centra en llamar a la
incredulidad sobre las causas humanas del evidente incremento en las
temperaturas promedio en el mundo.
Si bien es cierto que no es posible dejar de
considerar la causa humana, grupos de globalifóbicos y otros fóbicos
nuevo ereros, incluidos los voceros de las empresas petroleras, afirman
que la tierra tiene un ciclo de calentamiento debido a causas no humanas,
y que eso ha ocurrido antes, en la historia y prehistoria de nuestra
roca. Lo que más me preocupa es que algunos radicales de este movimiento
niegan rotundamente la causa humana.
En este punto, y justo antes del inicio de
pláticas en la cumbre climática de Copenhague, viene un escándalo que ha
puesto esta discusión en primer plano internacional. En seguida mi
traducción de un
artículo publicado por TIME, escrito por Bryan Walsh, sobre este
acalorado asunto. Al final mis comentarios de salida y conclusiones.
La controversia sobre los e-mails robados a los investigadores
del calentamiento global en la Unidad de Investigación Climática (CRU)
de la Universidad británica de East Anglia, se ha vuelto tan divisiva
que incluso hay un desacuerdo sobre cómo llamarlo.
Los incrédulos del calentamiento global, que han considerado
durante mucho tiempo que el cambio climático es un fraude, se refieren
al incidente como "Climategate", con indicios evidentes de escándalo y
encubrimiento. Los partidarios de la acción contra el calentamiento
llaman "Swifthack", en referencia a los ataques de 2004 en contra del
candidato presidencial, el senador John Kerry por el grupo entonces
conocido como Veteranos de Lanchas Rápidas por la Verdad - en otras
palabras, un escándalo inventado, propagado por los conservadores y los
medios de comunicación, que no cambia para nada el caso científico del
cambio climático.
La verdad es que los e-mails, si bien un asunto indecoroso, hacen
poco para cambiar el abrumador consenso científico sobre la realidad de
los hechos que confirman la causa humana del cambio climático. Pero
proporcionan una carta política de gran alcance a los incrédulos al
inicio de la cumbre del medio ambiente, tal vez la más importante en la
historia. ¿Aún no sabes qué hacer con ello? Si tienes dificultades para
desenredar los detalles de la controversia de los e-mail, aquí hay cinco
cosas claves que se necesita saber:
1. ¿Cómo fueron filtrados los e-mails? El 17
de noviembre, los administradores del sitio web RealClimate, un blog
sobre ciencia del clima escrito por los mejores investigadores,
descubrió que hackers desconocidos estaban tratando de subir en el blog
más de 1,000 mensajes de correo electrónico, aparentemente enviados por y
para los científicos del CRU de la Universidad de East Anglia. El CRU
es uno de los más importantes centros de investigación climática en el
mundo, y uno en el que un puñado de organismos científicos guardan los
registros globales de temperatura que se utilizan en la mayoría de los
modelos climáticos. Funcionarios de East Anglia pronto confirmaron que
el robo electrónico había ocurrido y que los e-mails eran auténticos. A
finales de la semana fueron ampliamente difundidos por Internet.
A principios de diciembre, la controversia seguía ardiendo hasta
la blogosfera, mientras los negociadores internacionales se reunen en la
Cumbre de Copenhague sobre el clima. El jefe de la CRU y autor de
varios e-mails incriminatorios, el científico ambiental Phil Jones,
dimitió temporalmente de su puesto, mientras que la Universidad de East
Anglia lleva a cabo una investigación independiente sobre la
controversia de los correos electrónicos. La investigación será dirigida
por Muir Russell, un destacado funcionario académico y funcionario
civil escocés. Mientras tanto, la Universidad Estatal de Pennsylvania
(PSU) anunció que llevaría a cabo su propia investigación sobre los
e-mails, después de que su climatólogo Michael Mann también surgió como
autor de e-mails que fueron fundamentales para la controversia.
2. ¿Qué es exactamente lo que los e-mails dicen? Los más
de 1,000 mensajes de correo electrónico, que se remontan a unos 13 años
atrás, contienen una amplia gama de información - todo desde cosas
mundanas sobre el clima, a la recopilación de datos, hasta los
comentarios sobre la política científica internacional y la crítica
enérgica de la investigación realizada por los incrédulos del cambio
climático. Es sobre todo el último punto que hace a los incrédulos
escépticos gritar "¡infracción!". En un correo electrónico, enviado a
Mann por Jones, el tema es un par de artículos que critican el caso de
la causa humana en el calentamiento global, Jones escribió que él y sus
colegas se asegurarían de mantener los papeles fuera de consideración en
la próxima la evaluación del clima por el Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático (IPCC), "incluso si tenemos que redefinir lo
que es la literatura en revisión por pares".
En otro intercambio de correo electrónico, Mann y Jones discuten
las formas de presioar a la revista académica Climate Research
para que deje de publicar artículos de los incrédulos del clima, con
Mann sugieriendo que es importante alentar a sus colegas a no presentar
documentos a la revista hasta que cambie su línea editorial. Jones
también escribió en varias ocasiones sobre rechazar las peticiones de
los incrédulos del clima para obtener datos primarios de temperatura del
CRU, y al parecer alienta a sus colegas para eliminar e-mails sobre una
solicitud de datos basada en la Libertad de Información (un sistema
gubernamental para asegurar que los ciudadanos reciban la información
que soliciten, N. de KC.).
En otros correos electrónicos, los científicos parecen tener
problemas para reconciliar los datos recientes de temperatura con el
calentamiento esperado de los modelos climáticos. Y en general, la
correspondencia muestra el desprecio absoluto de los científicos del
clima para los incrédulos del calentamiento global; en un mensaje, Ben
Santer, investigador del Laboratorio Lawrence Livermore ofrece -
probablemente en broma - "ganarle a la mierda" de un líder de los
incrédulos.
Tal vez lo más peligroso, en un correo electrónico de 1999, Jones
se refiere a uno de los destacados estudios de Mann de la revista Nature
en la discusión de sus propios datos: "He completado truco de Mike
en Nature de añadir en las temperaturas reales de cada serie
durante los últimos 20 años (es decir, a partir de 1981) y de 1961 para
que Keith oculte el declive". (Por "declive", Jones probablemente se
refiere al hecho de que los datos de temperatura reconstruida a partir
de la densidad de anillos de los árboles, - una forma común de estimar
la temperatura global antes del uso generalizado del termómetro - se
aparta un tanto de las temperaturas registradas después de 1960.)
3. ¿Cómo han sido interpretados los e-mails?
Para los incrédulos del calentamiento global, los correos electrónicos
del CRU son los nuevos documentos del Pentágono, la prueba de que los
poderes fácticos - en este caso, los científicos internacionales del
clima - se dedican a un fraude descarado y fueron expuestos por sólo un
valiente que dió la alarma.
Muchos incrédulos argumentan que la causa humana para el
calentamiento global ha sido esencialmente desvirtuada, y que antes de
que el mundo vaya más lejos en la consideración de medidas para
controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, toda la
evidencia científica sobre el calentamiento debe ser reevaluada. El
e-mail de Jones sobre el "truco Mann" parece indicar que los
investigadores del clima han estado manipulando activamente los datos
científicos para ajustarse mejor a sus modelos sobre el cambio
climático, mientras que otros e-mails aparentemente confirman lo que los
incrédulos habían sospechado por mucho tiempo - que el mundo en los
últimos años no se estaba calentando tan rápido como las teorías sobre
el cambio climático había sugerido. Sobre todo, el tono de los e-mails
de la CRU sugiere que los científicos del clima están sumidos en el
pensamiento grupal, totalmente resistente a puntos de vista escépticos y
dispuesto a utilizar la presión para silenciar a los disidentes de la
corriente principal del calentamiento global. En otras palabras, los
e-mails mostraron lo que el representante republicano Jim Sensenbrenner
llamó "fascismo científico", que él arguye es "en el peor de los
casos... ciencia basura" y "parte de un fraude científico
internacional".
Los científicos del clima están tomando la controversia e-mail en
serio. Algunas investigaciones están en curso en la Universidad de East
Anglia y Penn State, y director del IPCC, Rajendra Pachauri, ha dicho
que la controversia no puede ser "escondida bajo la alfombra",
prometiendo además que el órgano de las Naciones Unidas examinará los
e-mails de forma independiente. Pero los incrédulos del calentamiento
global ya declararon la victoria. "De los detalles del escándalo se ve
que no hay relación alguna entre las actividades humanas y el cambio
climático", dijo Mohamed Al-Sabban, el negociador climático líder de
Arabia Saudita, según la BBC.
4. ¿Los mensajes de correo electrónico debilitan el caso
científico sobre el calentamiento global? Digámoslo así: cuando se
trata del análisis científico realizado por el representante del
productor de petróleo más grande del mundo, es prudente desconfiar. En
las semanas transcurridas desde que los correos electrónicos se hicieron
públicos, muchos científicos del clima y expertos en política los han
leído a profundidad, y afirman que la correspondencia no se contradice
con el abrumador consenso científico sobre el calentamiento global, que
se ha elaborado desde hace décadas. "El contenido de los correos
electrónicos robados no tiene ningún impacto en nuestra comprensión
general de que la actividad humana está llevando a niveles peligrosos el
calentamiento global", escribieron 25 destacados científicos de EE.UU.
en una carta al Congreso el 4 de diciembre. "El cuerpo de la evidencia
que subyace a nuestra comprensión de la causa humana del calentamiento
global sigue siendo robusta".
Según Mann de la PSU, ese "truco" estadístico que Jones refiere
en un correo electrónico - que ha sido proclamado por los incrédulos -
se refería simplemente a la sustitución de los datos de temperaturas
obtenidos por representación de anillos de árboles en los últimos años
con datos más exactos de la temperatura del aire. Es una técnica
analítica que se ha discutido abiertamente en las revistas científicas
por más de una década - dificilmente un asunto de conspiración.
En cuanto al aparente esfuerzo de Mann y Jones de para castigar a
la revista Climate Research, el artículo que encendió su ira fue
un estudio de 2003 que resultó ser suscrito por el Instituto Americano
del Petróleo. Finalmente, la mitad de la junta editorial de la revista
renunció en protesta. E incluso si resultase que los datos climáticos de
la UCR tienen algunos huecos, el grupo es sólo uno de los cuatro
principales organismos, incluyendo la NASA, que aportan datos sobre la
temperatura a los modelos climáticos - y los datos de CRU en gran parte
coinciden con el de otros.
Es cierto que los e-mails revelan que los científicos del clima
de la CRU desdeñaron a los incrédulos, a menudo en condiciones duras,
pero eso no es raro para los científicos. La ciencia es un terreno
áspero, como lo sabe cualquiera que haya sobrevivido a un examen
doctoral, y los científicos no son tímidos en atacar las ideas que ellos
creen que están equivocadas - especialmente mediante comunicación
privada. Sin embargo, Jones et al. podrían haber sido más abiertos y
receptivos con sus críticos, y si resulta que ciertos correos
electrónicos se han suprimido en respuesta a la solicitud de datos de
Libertad de Información, deben rodar cabezas. (Jones sostiene que no se
han suprimido e-mails o documentos).
En última instancia, sin embargo, tenemos que colocar al
Climategate/Swifthack en su contexto: en medio de un largo esfuerzo de
décadas por la industria de los combustibles fósiles y los incrédulos
del clima para debilitar otras investigaciones sobre el calentamiento
global - a menudo con medios que son mucho más nefastos que cualquier
cosa que aparece en los e-mails de la CRU. La administración de George
W. Bush intentó censurar al climatólogo James Hansen de la NASA,
mientras que el grupo de la industria de combustibles fósiles de la
Coalición del Clima Global hizo caso omiso de sus propios científicos,
pues difundieron la duda sobre la causa humana del calentamiento global.
Esa lista de irregularidades continúa. Fue revelado recientemente que
uno de los principales grupos incrédulos que promovieron la controversia
e-mail, el Grupo Intergubernamental de Expertos Gubernamentales sobre
el Cambio Climático, tiene vínculos con la empresa de energía
Exxon-Mobil, que ha financiado la negación del cambio climático. "Esto
está siendo utilizado para confundir al público", dice el blogger James
Hoggan, cuyo nuevo libro Climate Cover-up detalla la campaña de
Exxon-Mobil. "Esta no es una legítima cuestión científica".
5. ¿La controversia descarrilará los esfuerzos para frenar el
calentamiento? Aunque los
e-mails no tienen relación con el caso científico del cambio climático,
es probable que tengan un gran impacto político. En el momento en que
países de todo el mundo - incluyendo los EE.UU. - parecen preparado,
finalmente, para comenzar a controlar las emisiones de gases de efecto
invernadero, la controversia creada por los correos electrónico permite a
los incrédulos hacer parte del impulso hacia atrás, al menos mediante
la inyección de duda entre un público confundido.
Esa estrategia podría estar funcionando. Una encuesta publicada
el 3 de diciembre por el grupo Rasmussen Reports de tendencia
conservadora, encontró que el 52% de los estadounidenses encuestados
creen que sigue habiendo un significativo desacuerdo en la comunidad
científica sobre el calentamiento global, y que el 84% de los
estadounidenses creen que es al menos un poco probable que Algunos
científicos hayan falsificado datos para apoyar sus teorías sobre el
calentamiento global. Desafortunadamente, la verdad científica importa
menos que la percepción públuca - un público dudoso es mucho menos
propenso a apoyar límites más estrictos sobre las emisiones de gases de
efecto invernadero.
A raíz de los e-mails, los científicos del clima y sus defensores
tendrán que replantearse la forma en que interactúan con los críticos.
Judith Curry, un científico atmosférico en Georgia Tech, escribió en una
entrada muy discutida de un blog que los investigadores necesitan hacer
que los datos del clima sean mucho más abiertos y transparentes, y que
los científicos necesitan tener cuidado de no caer en lo que ella llama
"tribalismo climático". Ella sostiene que los científicos del clima
están recurriendo a las mismas tácticas de difamación que los incrédulos
han usado durante mucho tiempo contra los científicos del clima - algo
que Michael Shellenberger y Ted Nordhaus del think tank Instituto
Breakthrough han llamado "macartismo climático".
"Esfuerzos de mano dura para reducir el debate científico ha
dañado seriamente la credibilidad de la ciencia del clima", dice William
D. Nordhaus, cuyo trabajo ha sido objeto de fuertes críticas de muchos
ecologistas. "Los defensores del ambiente y los científicos
simpatizantes han retrasado los esfuerzos para abordar el calentamiento
global".
Y sin embargo, los científicos del clima no pueden esperar a
debatir con un monolito incrédulo. Mientras que en gran medida a los
incrédulos conservadores de la causa humana del cambio climático son una
pequeña minoría, se mantienen inamovibles. Lo que los científicos ven
como un saludable debate, los críticos tienden a considerar como prueba
de que el caso científico sigue abierto - y el público estadounidense,
siendo en gran parte científicamente analfabeta, no está equipado para
hacer la distinción.
A pesar de la controversia e-mail, sin embargo, el impulso de
acción contra el cambio climático sigue construyéndose. Los ecologistas
se sienten cada vez más la esperanza de que la cumbre de Copenhague
puede producir medidas concretas sobre la reducción de emisiones, con el
presidente de EE.UU. Barack Obama cambiando su horario para llegar en
el día final de las negociaciones. "El reloj se ha hecho llegar a cero",
dijo el jefe climático de la ONU, Yvo de Boer, en el primer día de las
conversaciones. "Después de dos años de negociaciones, ha llegado el
momento de entregar". No hay nada que inventar sobre esta urgencia.
Comentario final.
Los intereses para que no se llegue a una limitacion sobre
emisiones de gases de efecto invernadero son indsicutiblemente fuertes.
En este caso se aprovecharon de errores infantiles de los científicos
para ponerlos en la picota de la opinión pública.
La manera como se trata de desvirtuar a los científicos del clima se
parece mucho a la forma en que los charlatanes atacan a la ciencia, pues
temen que los resultados de ésta echen a perder sus jugosos negocios.
Entiendo que también hay estudios serios que pueden hacer un
contrapeso, pero sinceramente no entiendo bien la causa no-humana.
¿Acaso es el sol con una actividad inaudita? ¿acaso es la propia Tierra
que se calienta a sí misma? Ningún argumento de suficiente tamaño
evidencial se ha visto en los últimos años. En cambio la actitud de las
compañías petroleras es sospechosa, o al menos ignorante, al estilo del
papá de mis amigos por los caminos hacia Chignahuapan. Este escándalo ha
atacado al mensajero, mas no al mensaje.
Sin
embargo, es de esperarse que a raiz de este escándalo, los datos del
cambio climático sean más accesibles y que la comunidad científica se
apreste a divulgar los resultados de manera más abierta y didáctica,
para que el público joven (que no contempló los desmanes ecológicos que
se mometieron hace 45 años o más) entienda la importancia de limitar la
quema indiscriminada de combustibles fósiles. Pero sobre todo, que
entienda que la causa humana del cambio climático, del tamaño que sea,
se puede evitar y reducir si se eleva la conciencia de que algo podemos
hacer al respecto.